jueves, 30 de enero de 2014

La enfermedad invade

En el otro lado de la imagen, bebiendo una cerveza junto con Gingerbread. Hace 4 años atras

Taka bitácora de la enfermedad. Día 3.

La enfermedad invadió este cuerpo, haber tenido sesión de entrenamiento en pro del medio maratón provoco una baja en los sistemas y en cierto punto veo esa falta de táctica, como origen de la situación actual en la que me encuentro. Lo peor que me sucede es al estornudar, un escalofrío se extiende como una explosión en mi espalda alta y después de un leve momento de cosquilleo posterior, se desvanece. Ni que decir de estas noches sin dormir por no poder respirar, me tienen algo destruido.

Esta decidido, comprare las medicinas. Normalmente solo bajo situación graves o en las cuales ya no ando para hacerme el valiente es cuando ya recurro a la droguería de confianza. Usualmente me niego a tomar medicina, en parte es necedad, otra parte más a la educación semi militar que recibí hace algunos ayeres, otro gran porcentaje es cuando me la pase enfermándome continuamente de la nariz por casi 6 a 8 meses, antibióticos y antihistamínicos eran como tomar agua, hasta un buen día harto de tanto pastillerio dije que este cuerpo aguante, será su castigo por su debilidad o ya de plano llegamos a un especialista en condiciones críticas que recete alguna solución diferente

Taka bitácora de la enfermedad. Día 4

Dormir es una cosa maravillosa! Por fin con la medicina correspondiente, respirar me dejo dormir profundamente. Para no alejarnos de los trastornos mentales, algunos sueños bizarros me despertaron, una de pilón pues el brazo se me durmió estruendosamente. Mis sueños, como parte de mi persona, no son cosa convencional, ya les contare en otra publicación la última pesadilla.


Ya pudiendo respirar combatir la enfermedad será relativamente sencilla… espero. Por breves momentos sentí un bajón en los niveles de energía, un dolor o tensión se acumulan desde la nuca y en la espalda baja pero ya no son tema novedoso ni de difícil abordaje, esos viejos pactos con el dolor siguen funcionando: yo los ignoro y ellos tarde temprano me ignoraran. Vamos ganando terreno contra los bichos

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