Hay esos momentos molestos, cuando los demonios
atacan, momentos cuando la guardia es baja; momentos cuando andas en la barra
tomando una cerveza esperando a visitar a la familia laica, dibujan figuras y alegorías
en tu vaso condensado, muestran pinturas de lo que no fue ni será, hacen muecas
a las burbujas titilantes, las explotan celebrando las frases perdidas en el
tiempo. “Respira, tranquilo” me repito, alzo la vista y me pierdo un momento en
mis pensamientos, veo a la derecha a una mujer que igual esta sola, está
mandando mensajes por el celular, en la época de celulares inteligentes, evitar
la realidad se ha vuelto misión fácil, pienso si después de terminar su cena irá
a visitar a su amado, ¿estará sola?,
Volteo a mi vaso, tomo un trago largo y refrescante, devoro
esos demonios y les repito, no son únicos, no son especiales, vamos por la
vida, cada quien luchando con sus demonios, con sus quimeras, batallando contra
lestrigones buscando una respuesta, nos aislamos pero no estamos solos, nos ahogamos
en la embriaguez de sus pequeños hechizos y les damos poder con cada derrota
que queremos ocultar en el desván de los fracasos… es hora de partir, el futuro
no espera, vamos con él…
Corazón dispuesto, en los desperdicios...
en la tristeza lo dejo en orden, en la sección de orgánicos
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