Se va escapando de las manos un año más y es fácil en estos momentos tener el
deseo para voltear la mirada, haciendo un breviario de lo ocurrido, tomar nota
y acopiar para empezar otro año.
No puedo decir que fue un año malo pero tampoco puedo decir lleno de
convencimiento que fue un año maravilloso; fue mejor que el pasado sin duda
alguna, no tuve que sentir un gran vacío y cambios inesperados o tomar rutas
que nunca pensé. Fue un año relevante, así a secas, por fin llegué a un
entendimiento con mi pasado, de paz, del cual pude volver a echar camino al
andar. No fue al mismo tiempo y casi olvido la importancia de lo último.
Conocí gente interesante, me quite unos kilos de encima, corrí 15 kilómetros
sin entrenar y volví a sentir la emoción de pelear contra los limites que
quiere dictar el cuerpo, inicio planes para el futuro, quiero visitar lugares,
salir, tengo ganas de sentir adrenalina nuevamente… Este año todavía no acaba y
voy para cerrarlo bien, para iniciar un buen año.
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