Lo
único que me ha encontrado algo de calma es manejar, concentrarme en el camino,
visitando a familiares. Recuerdo cuando tenía mis pininos al volante, era mi
consuelo para el bullicio del mundo y hoy de nuevo lo es. Por las noches me
daba vueltas las ideas en la cabeza pero tenía confort al escapar por unas
horas de esta realidad y ahora durante mis sueños vienen como golpes mensajes
de mi ego, en el que me pregunta que he hecho de mi vida.
Regresaba
de una fiesta familiar y el paisaje al atardecer era un reflejo azul en el
horizonte, hacía frío, la niebla tenía un toque oscuro antes l anochecer que
apartaba los tonos cálidos rojizos usuales, los naranjas y pardos sobre las
nubes usual; era una imagen fría pero a la vez me pareció tan cálido, sino
hubiera ido mi hermano es probable que me hubiera detenido en el mirador para
estar ahí unos minutos. No me detuve, ahora que lo pienso el ir acompañado no
parece un motivo aparente para dejar pasar la oportunidad.
De la
soledad, durante mi estancia en el extranjero escribía mucho y reflexione del
motivo, al parecer estaba solo y era mi válvula de alivio, mi confesionario.
Ahora lo siento como toda una ironía porque me alejó de la soledad, puede que
me volviera a acercar a la misma mas tarde, mas no fue el único motivo
Vi la
frase “al final, estuvimos destinados a solo ser bestias”. Y si todo este
tiempo solo fue una temporada en que viví una ilusión sobre mi verdadera
naturaleza? Me viene también la frase: “el destino no se apiada, de los sucios
amantes”, si al final del camino de edad simplemente solo la felicidad es para
algunos.
Es
que a diferencia de como escribía en esas noches frías, no pretendo plasmar ser
una víctima, la vida no es fácil, no es justa y sin embargo vale la pena, por algún
motivo, no se cual todavía con certeza. No veo mi derecho a renunciar todavía ...
Damos tiempo al tiempo
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