Dos años atrás, durante el conjuro idílico
Pasa
el tiempo, crecemos, nos hacemos viejos y lo peor, es que vamos dejando atrás
equipaje importante para el camino, nos aferramos a otras más negándonos a
dejarlas sin mirar atrás. En sesión filosófica, he meditado sobre lo arrojado
por la borda en mi trayecto, habrá sueños que quedaron perdidos en altamar,
cambios los cuales entraron a la casa sin ser invitados, sacrificios y otros tantos perdidas durante las tormentas en este ruta.
Rememorando
la foto,
Puedo
decirlo de una manera melancólica, que ha sido una de las épocas más felices de
mi vida, me sentía pleno, con sueños por realizar pero alegre donde estaba, a
donde me llevaba el destino, con preocupaciones menores o superficiales. Hoy…
tengo sueños, planes, no estoy triste pero siento por momentos un vacio, donde
los demonios bailan, comen y beben en orgia tras orgia, por las noches suspiran
en mi oído dejándome intranquilo, sin descanso… y no me importan, los recibo
como huéspedes, platicamos, nos cortejamos y cabildeamos hasta la madrugada, ya
no son intrusos
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